En nuestros días observamos un
incremento de los casos de desórdenes alimentarios (DA) que consultan en los
centros sanitarios; por otra parte, la proliferación de sitios de Internet en
contra, pero lamentablemente también a favor de estas patologías dan cuenta de
esta epidemia moderna.
Es complejo realizar una estimación
real de la prevalencia de estos desórdenes, debido a que muchas de ellas no
salen a la luz pasados meses o años, sin embargo, la mayor parte de las
investigaciones publicadas recientemente coincide en el evidente aumento del
número de casos en los países desarrollados en las últimas décadas. En España
la tasa de prevalencia en población adolescente de alrededor del 4 %, en
concreto, la anorexia se sitúa en torno al 0,3%, la bulimia en el 0,8% y el DA
no especificado en torno al 3,1% de la población femenina de entre 12 y 21
años. Si consideramos la totalidad del espectro de desórdenes alimentarios
teniendo en cuenta las formas más leves, la estimación de la frecuencia es
mucho mayor y se sitúa entre el 11-16%.
Por otra parte en relación al
sobrepeso y la obesidad el incremento ha sido aún más acelerado que otros
desórdenes alimentarios con un dato preocupante que es el aumento de la
obesidad infantil. La prevalencia en España según el Estudio EnKid en población
de 2 a 25 años es del 13,9% para obesidad y del 12,4% para sobrepeso. Los
adolescentes obesos corren el riesgo de continuar siéndolo en la edad adulta,
desarrollando además otras enfermedades asociadas.
La población afectada por los
desórdenes alimentarios es muy amplia y va en aumento, lo que hace necesario la
formación de profesionales en esta especialidad que puedan dar respuesta al
aumento de la demanda. Debido a la gravedad y consecuencias que tienen estas
dolencias se hace necesaria la intervención por parte de un equipo
multidisciplinar de profesionales especializados (psicólogos, médicos, psiquiatras,
nutricionistas, enfermeras, etc.) que cuente con la formación adecuada, las
instalaciones sanitarias y los recursos necesarios para una intervención
integral.
La experiencia que desarrollamos en
Centro UNO se sustenta en conceptos teóricos y una metodología de intervención
que la diferencian del resto de las ofertas terapéuticas actuales. Es por ello
que queremos transmitir a los asistentes al curso nuestra experiencia de
trabajo y conocimientos para que sean de utilidad a la hora del trato con los pacientes.
¿Por qué desorden y no trastorno?, ¿qué ha llevado a este sujeto a enfermar?,
¿qué función tiene el síntoma?, ¿por qué pide ayuda la familia y no el paciente?,
¿Hay que trabajar con la familia?, ¿Es necesaria la medicación psiquiátrica?,
¿por qué no cumplen las indicaciones nutricionales?, ¿cuál es la función de
cada miembro del equipo?, ¿cómo se trabaja en equipo en estos casos?
Estos son algunos de los
interrogantes que aparecen ante estas patologías y serán, junto a otras, las
que abordaremos en nuestro curso de un modo claro, dinámico y con viñetas
clínicas que permitan ilustrar los conceptos. Nuestro objetivo es que las
herramientas ofrecidas sean de utilidad para todos aquellos que tengan un
interés particular por este tema.
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